Mi desempeño profesional como desarrolladora de un grupo en una empresa como psicóloga industrial

Introducción

En este trabajo quiero compartir mi experiencia personal como parte de un grupo en el área de Psicología Industrial, donde tuve el rol de desarrollador de grupo. A lo largo del proceso, fui aprendiendo cómo influye el trabajo en equipo dentro de una organización y cómo mi participación ayudó al crecimiento y funcionamiento del grupo. No soy un experto en psicología, pero esta vivencia me permitió entender mejor la importancia de la comunicación, la empatía y la colaboración entre compañeros.

Desarrollo

Durante mi experiencia como parte de un grupo en el área de Psicología Industrial, he tenido la oportunidad de participar activamente en el desarrollo de un equipo de trabajo. En este proceso, he aprendido mucho sobre cómo se forman los grupos, cómo se mantienen unidos y qué se necesita para que funcionen bien. Mi rol se enfocó en ayudar a que el grupo creciera de forma positiva, que se comunicara mejor y que lograra sus objetivos.

Desde el comienzo, noté que cada integrante del grupo tenía una manera distinta de pensar y actuar. Al principio eso causaba ciertos roces, pero poco a poco fuimos aprendiendo a escucharnos y respetar las opiniones de los demás. Yo traté de ser un puente entre los compañeros, fomentando un ambiente de respeto y colaboración. Me aseguraba de que todos se sintieran incluidos y que pudieran expresar sus ideas sin miedo a ser juzgados.

También me enfoqué en ayudar al grupo a tener metas claras. Propuse que hiciéramos reuniones cortas pero frecuentes para revisar lo que estábamos logrando y lo que necesitábamos mejorar. Eso ayudó bastante, porque todos empezamos a tener más claro lo que se esperaba de nosotros. Además, con el tiempo el grupo se volvió más unido y empezamos a trabajar con más confianza entre nosotros.

Una de las cosas que más me llamó la atención fue cómo las emociones afectan el rendimiento del grupo. Cuando alguien estaba desmotivado o estresado, se notaba en el ambiente. Por eso traté de estar pendiente de cómo se sentían los demás y, cuando podía, les daba palabras de apoyo o simplemente los escuchaba. A veces eso hacía una gran diferencia.

Algo que también aprendí es que los conflictos no siempre son malos. De hecho, cuando se manejan bien, pueden ayudar a mejorar. En una ocasión, hubo un malentendido entre dos compañeros que casi termina en una pelea. Interviene de manera tranquila y los invité a hablar con calma. Al final, pudieron aclarar las cosas y aprendimos todos que la comunicación es clave para evitar problemas mayor.

Conclusión

Ser parte del desarrollo de un grupo me permitió ver de cerca lo importante que es el ambiente humano en el trabajo. Aprendí que no basta con hacer bien nuestras tareas, también es fundamental saber relacionarnos y trabajar en conjunto. Mi participación me dejó muchas enseñanzas sobre cómo motivar, escuchar y resolver conflictos. Estoy seguro de que todo lo aprendido me servirá para seguir creciendo como profesional y también como persona.

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